Una epidemia de miopía podría combatirse simplemente pasando más tiempo al aire libre
La palabra epidemia evoca contagio y enfermedades espantosas, al mejor estilo apocalipsis zombie. Pero en realidad cualquier condición que se dé en grandes números puede constituir una epidemia. Y desde hace varias décadas estamos en una gran epidemia de miopía, no cuenta un artículo de divulgación de la revista Nature. La epidemia de miopía se siente especialmente en Asia, en China, por ejemplo, más del 90% de los adolescentes en miope (hace 30 años era menos del 10%).
¿Qué está pasando en el mundo? Una hipótesis obvia es que pasamos más tiempo leyendo y mirando pantallas de todo tipo. Otra hipótesis, por supuesto, es que cada vez es más cool ser un nerd y los nerds tienden a usar anteojos y por lo tanto ser miope es más sexy y… Más allá de eso, hay estudios que muestran que en efecto la miopía correlaciona con el nivel educativo. Claro, uno diría, eso de quemarse las pestañas frente a los libros tiene su precio. Pero no, si uno mira cuidadosamente, los estudios muestran que no hay una relación entre cuánto las personas leen y cuán miope son. Hay algo con el nivel educativo pero no son las horas de lectura. Un trabajo en 2007 mostró algo muy interesante: existe una correlación entre la miopía y el grado de actividad física. Uno diría que ojos sanos en cuerpo sano, pero una inspección más minuciosa reveló que no importa cuánto deporte o esfuerzo físico uno haga; no, la variable importante es cuánto tiempo uno se la pasa al aire libre. Por supuesto, la gente deportiva tiende a estar más tiempo afuera y los nerds-lectores más tiempo encerrados entre cuatro paredes (lo cual explica las relaciones encontradas en estudios previos). Pero es claro que no importa si uno está escalando una montaña o leyendo Harry Potter a la hora de desarrollar miopía: de hecho, para los ojos, es preferible estudiar matemática en el parque que jugar al squash en cancha cerrada (como fue determinado por el grupo de K.A. Rose en Australia).
Hasta aquí todo es correlación. ¿Serviría esto para detener el avance de la escalofriante epidemia ocular? Parece que sí. Se hicieron estudios clínicos en los cuales se tomaron escuelas y algunos grados salieron más al patio y otros menos y al cabo de un tiempo, la incidencia de miopía (nuevos casos registrados) fue menor en los chicos al aire libre.
Hay indicios de que la calidad e intensidad de la luz influyen, con experimentos en roedores. Pero las preguntas persisten. ¿Es la luz? ¿Será el aire puro? ¿Será la cara de felicidad de alguien que experimenta un poco más de naturaleza? ¿O será que afuera jugamos más y eso nos hace ver las cosas con mayor claridad?
En Expedición Ciencia venimos pensando, leyendo, charlando, debatiendo, experimentando e intercambiando ideas en la naturaleza y al aire libre y bajo las estrellas y en la montaña desde hace más de 10 años. Nuestra humilde contribución a la vista de la juventud.
La nota original fue escrita por Elie Dolgin
Nature 519, 276–278 (19 March 2015)
Otras referencias
Rose, K. A. et al. Ophthalmology 115, 1279–1285 (2008).
Wu, P.-C., Tsai, C.-L., Wu, H.-L., Yang, Y.-H. & Kuo, H.-K. Ophthalmology 120, 1080–1085 (2013).